En este mes de mayo estamos reflexionando sobre nuestro segundo Principio Ético “Paz y reconciliación”.
La reflexión sobre el primer principio que fue “Justicia y Equidad”, fue muy rico en cada equipo, creo que vamos avanzando en vernos inmerso en estos principios, vamos descubriendo y descubriéndonos actuando orientados por los mismos. Esto hace que nuestra identidad institucional la vayamos procesando, y nos ayuda a bajarlos a nuestro corazón y a nuestras prácticas personales, de los equipos, e institucionales, buscando siempre ser fieles a lo que creemos y predicamos.
El Principio, “Paz y reconciliación” a partir del texto motivador que presentaremos, nos ayudará a pensarnos como promotores de paz, en cada situación de vida, a pensarnos de que lado nos ponemos en cada circunstancia.
Muchas veces los equipos de trabajo se ven involucrados, sin proponérselo, en situaciones violentas, a veces entre las personas que participan de los proyectos, otras veces hacia los integrantes de los equipos, y no resulta sencillo mantener la calma, promover la paz, y ayudar a la reconciliación entre personas que se agreden. Qué desafío nos toca, y cuánto necesitamos trabajar estos aspectos en los equipos. Quiera Dios que podamos aprender unos de otros/as y juntos ser ejemplos de pacificación y reconciliación.
Debemos reconocer que nuestras prácticas están en un marco más amplio en donde los fenómenos de injusticia social, generan violencia, que muchas veces no se las reconoce como tales. El aumento de la pobreza infantil, que en estos momentos duplica porcentualmente al promedio de la población, (20.1 % en menores de 6 años, y 10.1 % en el promedio de la población. INE), hace que Uruguay sea el país de la región con mayores niveles de pobreza entre los niños y las niñas menores de 6 años. Esto es un fenómeno de violencia, pues estos niños y niñas están expuestos a la violencia generada por las carencias de satisfacción de necesidades básicas para su desarrollo sano y armónico.
Desde nuestros lineamientos estratégicos trabajamos para incidir en las políticas públicas para que las mismas contemplen esta compleja realidad y en tiempos de discusión de programas de gobierno, exigir el compromiso del sistema político para que la infancia sea prioridad en las definiciones educativas, presupuestales, y de gestión de las políticas públicas de infancia.
Cuando trabajemos en los equipos esta reflexión, traigamos al análisis situaciones concretas a las cuales nos enfrentamos en la cotidianidad de nuestros proyectos, para procesarlas juntos y juntas y aprender a transitarlas orientadas por este principio ético de JPC, así seremos más y mejor JPC.
Fernando Rodriguez
Coordinador general